Cuando Anita me dijo que se casaba, todavía me hizo más ilusión que me pidiese un dibujo para su boda... Con unas orientaciones sobre lo que les gustaba y algunas fotos de pareja para refrescar el estilismo capilar de Roberto, me lancé a ello.
Pero lo preferían más sencillo, al estilo M.R: palicos y bolicas, así que simplifiqué un poco más... Pero claro, una cosa es dibujar en una agenda y otra un encargo misterioso para una boda.
Al final optaron por el primero, y fue estupendo verlo en un cartel, rodeado por las fotos de todos los que tuvimos la suerte de compartir con ellos ese día.
Y al final
nopudereproducirexactamentelosbocetosporquemeparecíaquenoreflejabanlaemocióndelosprimeros llevé a enmarcar los bocetos originales
hechossobrefichasfotocopiadasquesetransparentabanymerompíanlacabeza y se los regalé para que los tuviesen de recuerdo.